Ir al contenido
Ver todas las entradas

¿Sabes dónde está tu Datos del cliente ¿Es?

Los datos sobre las preferencias y el comportamiento de los clientes son un recurso fundamental para una organización basada en datos. Un mayor conocimiento de lo que motiva e importa a los clientes ayuda a las organizaciones a fidelizarlos al adaptar las experiencias a sus necesidades. Una personalización bien realizada construye relaciones duraderas y afinidad. Sin embargo, la personalización a costa de la privacidad puede minar para siempre la confianza entre una empresa y su cliente. Saber dónde residen los datos de un cliente es el primer paso para garantizar que estén debidamente protegidos contra robo, pérdida y uso indebido.

Más datos, más problemas

En el mundo de la seguridad de la información, el principio general sostiene que no se puede proteger lo que no se puede ver. En el mundo de los seguros, el principio general sostiene que si no se puede identificar... riesgosNo se puede evaluar la responsabilidad. Pero si las grandes organizaciones quieren equilibrar su afán por obtener más datos personales con la responsabilidad por las violaciones de datos y la privacidad que conlleva acumular más información personal, deberán evaluar la información personal que poseen.

Según una investigación de IDC y otras fuentes, hasta 751 TP3T de datos digitales generados cada año son datos personales. A medida que crece el número de puntos de contacto digitales donde una empresa puede interactuar con un cliente, las empresas se ven obligadas a recopilar todo tipo de información personal sobre sus clientes, más allá de su número de tarjeta de crédito preferida.

Hoy en día, las empresas recopilan datos sobre preferencias personales, hábitos, relaciones, salud e incluso intenciones. La pérdida o el uso indebido de esta información personal pueden tener consecuencias nefastas para una empresa: pérdida de ingresos, costosas medidas correctivas, demandas colectivas o severas sanciones regulatorias. Y cuando una empresa pierde o hace un uso indebido de los datos de sus clientes, también pierde su confianza y lealtad.

Sin embargo, dado que las empresas interactúan con sus clientes a través de tantos canales digitales, rara vez tienen un control preciso sobre dónde se encuentra la información personal de un usuario. Incluso para algo tan confidencial como la información de pago, rara vez las empresas tienen un conocimiento completo de la ubicación de los datos. Según un estudio encargado por Gemalto, la mayoría de las empresas (55% de los encuestados) desconocen la ubicación de sus datos de pago. A medida que la definición de información personal identificable (PII) se ha ampliado más allá de las credenciales y la información de tarjetas de pago (PCI), el problema no ha hecho más que agravarse.

Se trata de ubicación, ubicación, ubicación

Saber dónde reside la información de una persona es el primer paso para protegerla y cumplir con las nuevas regulaciones de privacidad. Es evidente que no se puede proteger lo que no se puede encontrar, por lo que contar con un inventario de los datos es un primer paso necesario para comprender el riesgo de pérdida y detectar infracciones de uso. Además, conocer la ubicación es esencial para cumplir con las regulaciones de privacidad sobre residencia, derecho de acceso y derecho al olvido.

Para las empresas que se basan en datos, los datos de los clientes son el activo más importante. Las empresas llevan mucho tiempo preocupándose por la gestión de activos físicos como ordenadores y teléfonos móviles. Sin embargo, perder un ordenador no destruirá el negocio ni la marca de una empresa. Perder o usar indebidamente los datos de los clientes sí podría hacerlo. Por lo tanto, proteger la privacidad de los datos de los clientes es esencial. Pero no se puede proteger lo que no se puede encontrar.